Soñar con insec­tos, sean del tipo que fueren, re­vela un estado de an­gustia creciente que el inconsciente del soñador pone de manifiesto a través del lenguaje onírico. Los motivos pueden ser variados, pero lo real es que cuando al­guien sueña con in­sectos ya ha llegado a un punto en el cual la solución del problema no admite dilaciones. La cla­ve suele encontrarse en el autoanálisis. En líneas generales, podemos apuntar que los insectos que vuelan representan problemas vinculados a la espirituali­dad, como por ejemplo crisis religiosas o rupturas de lazos afectivos. Por el contrario, los insectos terrestres que se mue­ven por el piso o las paredes simbolizan la degradación de las cosas materiales o la invasión del fuero ín­timo de una persona por parte de sus se­mejantes. Salvo contados casos, el hecho de soñar con insectos no es problema de una noche, sino que el mensaje del inconsciente se reitera sucesivamente hasta que el durmiente, en la vigilia, logra detectar su problema y ponerle remedio a la causa de su an­gustia.

Por último diremos que comer insectos indica una terrible crisis inter­na del sujeto, relacionada íntimamente con su autoestima.