Segunda parte: Compatibilidad entre elementos

 

SIGNOS DE FUEGO – Aries, Leo y Sagitario

 

FUEGO CON FUEGO: pueden potenciarse el uno al otro y comprenderse de manera armónica. Entre ellos es posible lograr una especial conexión en la que no sea necesario mediar palabras para comprender lo que le sucede al otro. De igual manera, no debe olvidarse que esta unión de fuego puede también potenciar los aspectos negativos de cada uno. El fuego no es estático, es inseguro y cambia de forma fácilmente. Al mismo tiempo, puede resultar arrollador y muy pasional.

FUEGO CON TIERRA: los opuestos se atraen y teniendo en cuenta lo normalmente equilibrados y reacios a los cambios que son los signos del elemento tierra será común verlos ofuscados por la poca constancia y la despreocupación con la que se manejan los signos de fuego.

Igualmente, en sus diferencias hallan el complemento que mantiene entre ambos una llama duradera.

 

FUEGO CON AIRE: sin aire el fuego no podría ser. El aire puede tanto avivarlo como apagarlo según desee. Esta fusión arroja como resultado una relación divertida e intensa, llena de variaciones. Lo positivo de esta unión es que las personas de signos de fuego poseen un poder de reflexión y empatía que les permite entender los cambios constantes en el estado anímico de los aire. Se trata de una pareja que desea salir y comerse al mundo, idealistas, optimistas y sin temor a tomar riesgos. En general esta combinación suele ser muy prospera sobre todo porque ninguno de los dos elementos posee actitudes de conformismo.

 

FUEGO CON AGUA: la interpretación resulta bastante obvia para estos dos, el agua apaga el fuego y el fuego hacer hervir el agua. Son energías por demás disonantes. Las diferencias influyen el corazón, las sensaciones y la emoción. En efecto, esta unión no combina, y su caducidad es casi una garantía.

 

SIGNOS DE TIERRA – Tauro, Virgo y Capricornio

 

TIERRA CON TIERRA: esta unión no arroja ningún tipo de conflicto. Lo único negativo de esta unión es la poca perspectiva de progreso y avance que se suscita entre ellos. Cuando se trata de tomar decisiones, los signos del elemento tierra, aunque son muy prácticos se demoran en dar pasos por detenerse en detalles ínfimos.

 

TIERRA CON AIRE: normalmente la tierra no ejerce movimiento, y cuando el viento lo arrastra lo hace pasar por encima de todo, llevándose por delante aquello que se les imponga. Para los signos de Tierra la filosofía del elemento Aire resulta incomprensible y hasta dañina para sus espíritus. El aire se aleja y retorna a gusto y esto es algo que la tierra no tolera. En definitiva, esta no se trata de una unión aconsejable.

 

TIERRA CON AGUA: el agua moldea la tierra. Partiendo de este concepto podemos decir que la unión de estos elementos es fantástica y que ambos ejercen un complemento muy prometedor. La tierra aporta a los nativos de agua la solidez y estabilidad que precisan. El agua, por su parte, los ayuda a conectar con ese costado sensible que esta fuera del razonamiento.

 

SIGNOS DE AIRE – Géminis, Libra y Acuario

 

AIRE CON AIRE: entres estos dos, normalmente, existe buena química. Ambos manejan los mismos códigos y filosofías de vida. Tratándose de un elemento que rige la mentalidad, puede deducirse que el entendimiento entre ambos es el ideal. Muchas veces se encuentran adivinando lo que el otro piensa o desea sin que este le pronuncie una sola palabra. Lo que debe tenerse en cuenta, es lo fluctuante de sus estados de ánimos, algo que puede resultar en grandes choques y discusiones.

 

AIRE CON AGUA: esta unión cuenta con un costado positivo y otro negativo. En el positivo podemos observar que para ambos elementos la pareja y la vida romántica son de mucha importancia. En el aspecto negativo, mientras el aire se mueve con libertad, el agua adquiere una cualidad de dominio en la que necesita sentir que tiene todo bajo control.

 

SIGNOS DE AGUA – Cáncer, Escorpio y Piscis

 

AGUA CON AGUA: aunque sean del mismo elemento, esta pareja muy pocas veces consigue afianzarse. Sucede que ambos son sensibles en demasía, se pierden en abstracciones y son incapaces de ver la realidad. La demanda de cariño por ambas partes puede resultar agotadora.